
En un primer momento, el cliente buscaba un pequeño local para montar un restaurante sencillo, pero al quedar tan cautivado por el encanto de esos 1.600 m2, la idea inicial se modificó por completo. Este espacio histórico suponía una oportunidad increíble, si bien conllevara una gran responsabilidad.

La Ménagère es un lugar de distintas almas, pero todas fieles a la original.
Arquitecto Baldini

ESTÉTICA Y RESISTENCIA
Durante la primera rehabilitación, se decidió utilizar únicamente madera y resina de cemento, pero al cabo de unos meses los pavimentos del baño y de la cocina ya se habían deteriorado; era necesario, por tanto, volver a intervenir, pero esta vez optando por un material resistente al desgaste y de fácil instalación, el gres.
Partimos del contexto, de la ciudad y de su historia, de la idea de hogar. El propio nombre, Ménagère, del francés "ama de casa", hace referencia al entorno doméstico. Queríamos recuperar ese sentido de intimidad, revalorizarlo sin transformarlo. Buscábamos un cemento con motivos clásicos, como los utilizados en Florencia en el siglo XIX. Ya conocíamos la serie Terra, un homenaje al pasado, un pequeño formato con un look auténtico


En cada ambiente se palpa un diálogo armonioso entre tradición y modernidad. Al igual que en la cocina, donde el formato hexagonal, hoy muy en boga, nos traslada a las antiguas arcadas florentinas.
REVIVE EL BACKSTAGE DEL VIDEO DE LA MÉNAGÈRE
Aunque a la vista y asomándose a la sala, la cocina es el espacio más íntimo; los clientes pueden acceder a ella y comer estando en contacto con los cocineros, como si estuvieran en la cocina de su propia casa.
